Personal de Laboratorio de Universidad de Alabama Puso 'Woolite' en Herida Quirúrgica de Babuino
Parece salido del musical Wicked, pero en lugar de monos con alas, son babuinos con riñones de cerdo, en un laboratorio de la Universidad de Alabama–Birmingham (UAB).
PETA está exigiendo una investigación inmediata en el laboratorio de la (UAB), en el que se trasplantan los órganos internos de cerdos genéticamente modificados en babuinos. Presentamos nuestra queja tras un reporte de un informante que alegaba una letanía de violaciones, incluyendo animales que padecen allí un dolor y angustia inimaginables debido a personal desatento y no calificado en un laboratorio peligroso, que mantiene registros burdos y falsificados.
PETA está pidiéndole al Departamento de Agricultura de EE.UU. que investigue la larga lista del informante sobre potenciales violaciones a la Ley Federal de Bienestar Animal en el laboratorio de xenotrasplantes de David K.C. Cooper, donde extraen los órganos a una especie y se implantan en otra. PETA también le pidió al presidente de la UAB que revoque el permiso de los experimentos e instó a United Therapeutics, que ha financiado estos experimentos, que reconsidere dicho financiamiento.
Declaraciones de informante a PETA sobre la Universidad de Alabama–Birmingham (UAB)
- Los experimentadores no siguieron protocolos ni otras políticas apropiadas acerca del cuidado de los animales.
- No cumplieron con los estándares veterinarios comunes.
- Usaron medicamentos vencidos o inapropiados.
- Falsificaron registros veterinarios para ocultar fallas en la atención del sufrimiento de los animales.
Personal aplicó detergente para ropa a la gran herida quirúrgica de Laja, un babuino hembra
En un caso asombroso, el personal usó detergente para la ropa Woolite en la herida quirúrgica abierta de una hembra de babuino llamada Laja, a quien le trasplantaron el riñón de un cerdo en enero de 2019, y murió en septiembre. Pero no antes del supuesto “éxito” de su cirugía experimental exhibida –a través de un video de 33 segundos– a los líderes de United Therapeutics, quienes financiaron la operación. El video muestra que en junio, Laja estaba bastante delgada y había perdido mucho pelo mientras mostraba un comportamiento estereotípico, signo de extrema angustia psicológica.
La condición de Laja empeoró con el tiempo, y parecía estar terriblemente dolorida. Se acumuló líquido en su abdomen y se acumularon bolsillos de líquido a lo largo de la incisión ulcerada de la cirugía de trasplante. Ella desarrolló una llaga en el muslo. Los experimentadores aplicaron detergente para ropa Woolite en ambos para ocultar el mal estado de la piel de Laja, según el informante.
En septiembre de 2019, la condición de Laja se había deteriorado aún más y hubo que aplicarle la eutanasia. Según el informante, el experimento no habría tenido un punto final si ella no hubiera rechazado el trasplante. En otras palabras, se la habría mantenido viva a pesar de su sufrimiento, solo para que los experimentadores pudieran recopilar más datos.
En otro experimento, se trasplantó el corazón de un cerdo a un babuino, que luego se colocó en una cámara de oxígeno. Una fotografía muestra no solo el miserable estado posoperatorio del babuino, sino también que un tubo intravenoso tenía una pérdida. Antes de cumplirse dos días, el babuino había muerto.
Los e-mails compartidos por el informante revelan un catálogo de dolor y miseria. En un intercambio, los experimentadores discuten sobre la alimentación insuficiente de una cerda para evitar que crezca mucho y que sus órganos no pudieran ser extraídos y trasplantados al cuerpo de otro animal.
Personal incompetente, medicación vencida y registros falsificados
Según el informante, los experimentadores en el laboratorio de Cooper a menudo extraían sangre repetidamente de la misma vena o buscaban venas de manera inepta, causándoles varios moretones y más lesiones a los babuinos de lo necesario.
En septiembre de 2019, el informante reportó el uso de medicamentos vencidos o inapropiados. Pero el informante dice que la autoridad supervisora de la UAB “nunca hizo demasiado… ya que nunca vio directamente [al personal del laboratorio] usarlo, pero sí los vi usarlo y administrarlo a los babuinos”.
El informante reporta que el personal del laboratorio también falsificó registros para que pareciera que habían brindado atención veterinaria antes de lo que realmente lo hicieron.
Desconsideración por la seguridad: drogas, agujas, contaminación
Según el informante, el personal del laboratorio de Cooper tuvo una actitud de desconsideración generalizada en cuanto a seguridad. Por ejemplo, en las fotografías se ven botellas de ketamina –una sustancia controlada– aparentemente dejadas por el personal en cajones de un escritorio sin llave. Las jeringas y las agujas se dejaron a la vista y un miembro del personal visitante se negó a cambiar su equipo de seguridad usado en la instalación con animales, cuando regresó a la oficina, lo que podría esparcir contaminantes a todos los allí presentes.
Muchas de estas preocupaciones fueron señaladas a la dirección del laboratorio, que no hizo nada, según el informante.
Los animales no son depósitos de repuestos
Los experimentos de xenotrasplante en la UAB y en otros lugares son un despilfarro. Simples ajustes en la política del gobierno, combinados con educación pública, generarían un aumento de las donaciones de órganos para pacientes humanos y una mejor protección de la salud pública sin comprometer el bienestar de los animales.
En los países que han aprobado leyes de presunto consentimiento, que presumen que los órganos de las personas están disponibles para ser donados tras su muerte, a menos que opten por no donarlos, o las leyes de elección obligatoria, que exigen que los adultos elijan si quieren donar sus órganos, el número de órganos disponibles para ser donados se ha incrementado fuertemente. Por ejemplo, desde que cambió su ley en la década de 1970, las donaciones de órganos en Francia se dispararon en casi un 5.000%.
Cierren el laboratorio de trasplantes de la UAB
El laboratorio de Cooper, que forma parte de un programa de xenotrasplantes de cinco años de 19,5 millones de dólares, suscrito por United Therapeutics, debería cerrarse de inmediato.
Los cerdos son animales sociables, juguetones y protectores que establecen lazos entre sí. Se sabe que sueñan, reconocen sus propios nombres y llevan vidas sociales de una complejidad que antes solo se observaba en primates. Incluso se los ha visto mostrando empatía por otros cerdos que están felices o angustiados. No son herramientas para experimentadores especistas, que deberían más bien promover la donación de órganos humanos.